domingo, 5 de agosto de 2007

A propósito del post anterior

No recuerdo la vez primera que la escuche –digo la canción California dreamin, que está en vídeo en el post anterior- Solo sé que no la he olvidado y su emoción tampoco, aunque la intensidad no es la misma.

Viéndolo y escuchándola me he sentido bien… muy bien. Y he tenido oportunidad para una reflexión… sobre virtual papel.

Cuando –más o menos- a mitad de canción suena la flauta –travesara quizás-. La cámara grabadora o, mejor, quien grababa, encuadra del “público” una cara… unos ojos de hermosa persona –mujer… que hoy será “mayor”, si es-

Es una cara… y sobre todo dos ojos… felices. De una felicidad transmisible –como deberían ser todas-

Estos ojos –aquellos- y las escenas siguientes de sonrisas y ritmos transmisores de alegría y emotivo bienestar… me gustan y reconfortan.

La verdad digo que si yo hubiera visto a mi lado los ojos que en el vídeo se ven… y con ese entorno de música que al alma llega… pues, seguro… me hubiera enamorado de ellos. Como lo hago ahora, que ya sé que son ojos virtuales históricos que hoy, si son, serán distintos –y les deseo igual felicidad-

Porque el amor es una emoción… por la vida. Igual que lo es la equidad… que te permite ver las injusticias. Así es el amor. Una mirada al lado bueno. Al lado hermoso de las cosas y los seres –“vivos” todos-

Siento desesperanza, y la rabia que la acompaña, cuando observo o sé de hechos desgraciados de injusticia o irracional violencia; más cuando la violencia tiene la razón del negocio. Siento, y esos sentires me llevan a escribir y a expresar solidaridad y repulsa. Doy mi opinión.

Cuando descubro la hermosura de la vida. Que se expresa mediante ojos… y cuanta anatomía sea. Mediante ideas o expresiones y plasmaciones que de ellas puedan darse. Cuando descubro lo hermoso me enamoro. Porque me gusta el bienestar y la belleza… y el resplandor de una mirada… ya sea en la noche más oscura. Cuando la mirada lo transmite… que no es siempre.

Y los sentimientos entonces. De bienestar. De amabilidad… Hay ganas de expresarlos. Porque también son “mí” visión… Los únicos ojos que tengo… El único que soy. Y espero que así sea durante el tiempo que sea.

No podría expresar –siento y pienso- opinión o invitación a la equidad y la justicia si no supiera a dónde quiero llegar… Aunque el objetivo sea la utopía misma… que lo es.

Mientras me enamore… seguiré siendo consciente del mundo y sus injusticias. Mientras me enamore… podré tener pareja. Y cuando no me pueda enamorar… moriré de alguna manera… en alguna medida. Porque mi imaginación no está disociada de mí… y la necesito, como a los brazos que tengo.

Mientras me enamore le escribiré –si tengo ganas y se me ocurre- a cualquiera cualquier cosa. Por ejemplo que le llevaría a la cama el desayuno… a diario. Y eso no será, mientras me enamore, impedimento para estar llevándole, en los mismos días, enamorado, a “mi chica” a nuestra cama… un desayuno de verdad. Mientras me enamore.

No enamorarme sería morir… hasta no escribir incluso. Negando de la vida lo mejor… Convirtiendo la vida en lo peor –cosa que Dios no permita-

No enamorarme es matar al amor… Es matar las miradas y las expresiones… Es matar la vida… y las emociones. Es matar la libertad… que no es dañina cuando con equidad y razón se administra.

Enamorarse es sano… El apetito sin moderación… es lascivia. Eso es enfermedad. Como los celos irracionales son miedo al vacío… en el que flotamos.

Benditos los buenos momentos… y la hermosura. Y la paz… Y el amor… Y cualquier cosa o hecho que los transmitan… como la solidaridad, por ejemplo, o el azul de una mirada. Benditos sean y que duren… cuanto puedan o toque que puedan. Nos servirán para que cuando no puedan darse –los momentos esos- … al menos sepamos a dónde queremos llegar… salvada la “mala racha”

1 comentario:

Mari Triqui dijo...

Qué cosa más linda has "parido" tú!

Me he emocionado...
Me siento feliz, y un poco envidiosa de que estés en el estado emocional que te permite escribir de este modo...

Todo parece tener sentido... luego nos enamoramos y no entendemos cómo pudimos vivir antes sin ese AMOR...

Un abrazo. Te deseo lo mejor!