A pesar de los pesares que lo impiden
A pesar de las razones que lo alejan
Por encima de los saberes razonados y de las cargas conocidas
Still loving you
El sentimiento ahora es un espacio. Como un almacén o armario –el tamaño aquí no importa- Solo importa que ahora sea contenedor el sentimiento… o siempre. No sé bien.
Y del espacio sentimental es necesario, a veces tantas veces, ocuparse ordenando anaqueles. Como diligente comerciante. Y limpiar. Cual arqueólogo sensato que del anciano hallazgo retira la tierra, que cubriéndolo a ella quiere volverlo.
Limpiar y ordenar los sentimientos que como contenedor se aparecen para este escrito porque así conviene a quien lo escribe para desalojar de aquello que es finito… aquello que inevitablemente estorba.
Como las zapatillas viajes a las que tanto cariño tengo y de las que tanto me cuesta deshacerme, pero que no sirven ya, y hay que tirarlas porque del armario ocupan sitio.
(Sé que no debí usar las zapatillas como metafórico argumento para el deshacerme del que escribo… pero así salió, y por respeto al género –literario-, así lo dejo… con perdón)
Pues lo mismo ocurre.
Es necesario deshacer y ordenar. Crear un nuevo espacio en el mismo espacio. Limpio de emociones recordadas y de recuerdos emocionados. Limpio de fantasmales sombras. Puesta cada cosa en un lugar –que es el suyo porque la voluntad gobierna- … Y airear.
No es debido olvidar que para limpiar algo, hay que ensuciar algo Por ello no pierdo de vista ni de razón que tirar sentimientos es mala práctica. Todo conviene. Por ejemplo la tierra del arqueólogo aquel –sensato- sirve también -puesta en tiesto- de vientre fecundo a algún vegetal… por ejemplo de esos que dicen que anuncian que existen… que haces que te rías de la bruja avería
Nada siento que del sentimiento quiera tirar, porque nada sentido, merece tal fin contaminante o -si biodegradable- afeante al paisaje por extraño… o imposible. No, no es tirar, como a las zapatillas. Es ordenar… por ejemplo escaneando y guardando en un formato más pequeño, que ocupe menos… que permita seguir utilizando el sentimental espacio aquel… pues en verdad, no tengo más. Y tampoco culpa de que me toque vivir en una edad –histórica- de tanta información y con tanto conocimiento disponible… para todos.
Podré decir y digo que he amado a una persona de muchas maneras. Y que todavía quiero… pero distinto. Y que fue bonito, muy bonito… hasta que dejó.
Pero dejó… no es trauma. Antes bien, es avance. El avance de saber que estaremos siempre todo lo bien que nuestra condición nos permita y nuestro amor… nos indique.
El amor humano por lo humano y aquello que no es. El amor que se transmite con unos mensajes vía email o por sms móvil. El amor por la pasión y los sentimientos. El amor por la vida en la vida que elegimos al elegir. El amor que lo dan hijos, padres y hermanos… las personas amantes también y los amigos y las amigas… y hasta la perra, que no siendo humana, nos enseña al respecto del amor, y el interés del seguro. Algo que deja al amor en situación no sé si comprometida… pero desnudo, luego sin truco o aderezo de tejido o idea.
El amor. Una mierda… fertilizante.